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Senderismo en la Sierra de Aracena

Senderismo en la Sierra de Aracena

Peter Ott, Alájar Otoño 2003

Bienvenidos al Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, declarado como tal en 1989. Con sus onduladas montañas y pueblos blancos esparcidos, esta zona se encuentra en la parte más occidental de Sierra Morena, la cadena montañosa más larga de España. Tiene una población de solo 40.000 habitantes repartidas en un área de 3.000 km2. Esto lo hace un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo y para aquellos que desean alejarse del ajetreo de la vida moderna.

El carácter de los pueblos a penas ha cambiado durante los siglos, su historia reflejada en la arquitectura y el paisaje que los rodea. Pasarás por senderos de piedra de la época romana, deslumbrantes molinos de agua abandonados y antiguas fortalezas en las cimas de las montañas de época musulmana. Todavía podrás ver, mientras caminas, mulas arando pequeños huertos, escuchar el campanilleo de rebaño de cabras entre alcornocales y castañares y escuchar el borboteo de muchos riachuelos y fuentes de manantiales, las cuales abundan en estos montes. Agua manando directamente de una roca o de la ladera de una montaña o de las numerosas fuentes en los pueblos es generalmente buena para beber, al menos indique «agua no potable».

Si vuelves tu mirada al cielo, verás patrullas de buitres, águilas ratoneras y milanos, atareados abejarucos y coloridas aburillas y si tienes suerte un destello del azulado martín pescador rozando la superficie de un río.

En cualquier estación la Sierra tiene algo que ofrecer al visitante. La primavera trae una increíble explosión de colorido de la flora salvaje: lirios y orquídeas, peonías y gladiolos. El verano es el tiempo de las ferias y fiestas. Las calles desiertas de los pueblos sestean en el calor sofocante de la tarde y tan pronto como la suave brisa de la noche se levanta, la gente sale en avalancha para beber cervecita fría y tomar una tapita. Los colores vuelven al campo en otoño, cuando las hojas de los castaños y chopos, nogales e higueras cambian de verde a dorado, rojizo y marrón.

Al final del otoño llegan las primeras y esperadas lluvias. La tierra está reseca y resquebrajada, y el agua caída sacia su sed. En pocos días la Sierra estará otra vez verde y exuberante, seduciendo al visitante a aventurarse a salir en un soleado día de invierno.

No hay industria pesada en la Sierra y por ello se disfruta de un aire limpio y fresco, donde la fragancia del tomillo y el romero compiten con la del pino. Muchos de los pueblos dependen de la industria del jamón. Los secaderos (las fábricas para curar jamón) están sobre todo en Jabugo y sus alrededores, conocido en toda España por la calidad de sus jamones. Se ven por todos lados piaras de cerdos ibéricos, comiendo por entre las encinas y alcornoques, las bellotas que en otoño se caen al suelo. Otros productos locales incluyen las castañas, las nueces, la miel, el queso de cabra y las apreciadas setas silvestres. En otoño verás a la gente del pueblo escabullirse en el bosque, provistos de navaja y cesta. El lugar donde se encuentran las mejores setas es un secreto muy bien guardado.

Al hacer senderismo puedes seguir las rutas marcadas por nosotros o las oficiales del Parque (G.R.) de Gran Recorrido y (P.R.) Pequeño Recorrido. Por favor, recuerda cerrar todas las cancelas cuando las atravieses, nunca enciendas fuego, a menos en áreas designadas para barbacoas, y por último ten cuidado con los toros.

Para ver los mapas de los senderos haz click abajo de cada nombre. Son ficheros PDF.

Sevilla está a menos de hora y media en coche. Allí puedes volver al ajetreo de la ciudad. Sevilla es una hermosa ciudad y es cuna de majestuosa arquitectura y maravillosos bares, pero podemos garantizarte que después de varias horas estarás deseando volver de nuevo a la paz y tranquilidad de la Sierra.